Catorce de abril de 1956, muchos mondragoneses celebraban con discreción y muchísimo cuidado el veinticinco aniversario de la Segunda República, cuando Don José María Arizmendiarrieta bendecía la primera piedra de Ulgor, denominación que aglutinaba la identidad de los fundadores: Luis Usatorre, Jesús Larrañaga, Alfonso Gorroñogoitia, José María Ormaechea y Javier Ortubay. Hubo que esperar casi tres años, hasta mayo de 1959 –tal como recuerda Jesús Larrañaga en la introducción–, para que fuesen aprobados los primeros estatutos de Talleres Ulgor.
Don José María y Ormaechea partieron a pie desde el antiguo edificio de la Escuela Profesional, hoy Mondragon Eskola Politeknikoa, para dirigirse a los terrenos de Laxarte donde, previamente, habían adquirido una parcela a razón de 27 céntimos de euro (45 pesetas) el metro cuadrado. Ormaechea sería el encargado de realizar a pausos la medición de los terrenos y quince días más tarde comenzaba la construcción de la primera planta productiva de la Experiencia MONDRAGON: un pabellón de hormigón de 750 metros cuadrados distribuidos en dos alturas.